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  • Foto del escritorAlvaro Panzitta

La princesa y el tigre


Cuando la pequeña escuchó ruidos en el taller de la casa sintió curiosidad y se acercó a investigar. Vio una sombra tan alta como su padre, pero por su cola larga y su nariz en punta, supo que no se trataba de ningún familiar. Cuando la luz de la luna entró por la ventana, la figura se vio con mayor claridad. Era un tigre antropomorfo que husmeaba las herramientas. Su piel anaranjada, su torso amarillo y sus rayas negras, parecían de un color azulado frente a la luz del espejo del sol.

–¿Quién sos y por qué revolvés las cosas de mis papás? –preguntó ella haciendo que el felino se sobresaltara.

–No tengo nombre. En el circo me llamaban "tigre" a secas. Y estoy aquí porque necesito pinzas para sacarme estas esposas –le mostró las esclavas en sus muñecas–. Siento no haberte pedido permiso, creí que te daría miedo y además estoy huyendo de mis captores.

–Puedo ayudarte –buscó una tenaza tan grande como ella–, pero en adelante pedí permiso ¿sí?

–Prometido –sonrió–. ¿Y vos como te llamás pequeñita?

–Guadalupe, pero mis papás me dicen Princesa, Guapapupe, Pupe, o Pú –le devolvió la sonrisa mientras lo liberaba–. Listo, podés ir a donde gustes. De hecho, hay un bosque detrás de la cabaña en el que te podrías instalar.

–Una princesa. acaba de liberarme...–dijo maravillado el tigre–. ¡Gracias princesa Guapapupe! –hizo una reverencia

–No soy realmente una princesa –se sonrojó–, si querés podés llamarme "Pú".

–Si para tus papás lo sos, para mí también –la levantó como un tío lo haría con su sobrina hasta tenerla a la altura de sus ojos–. ¡Hola Pú! –volvió a saludarla mientras reían–. Realmente sos pequeña. Apuesto que si me mudo al bosque seremos grandes amigos.

–¡Trato hecho! –tocó su nariz como si fuera una bocina de coche antiguo–. Y deberíamos buscarte un nombre. "Tigre" es poco original.

–El que vos quieras amiguita.

La dejó en el suelo y palmeó su cabeza.

–¿Sabés cómo se dice "amigo" en lengua shona de Zimbabue?

–¿Sos zimbabuense?

–No, pero me gustan los idiomas. "Amigo" se dice Shamwari. podría llamarte así. ¿Qué te parece?

–¡Me encanta! –sonrió el tigre, feliz de tener un nombre por primera vez en su vida.

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