Ur Nammu era general del rey Utuhegal, hasta que se cansó de él y lo destronó, fundando la tercera dinastía de Ur. Aseguró su poder acabando con la dinastía de Lagash, y derrotó a Nammakhani. Esto hizo que el resto de las ciudades sumerias lo siguieran incondicionalmente. Se proclamó rey de Uruk e inventó su descendencia mítica, asegurando ser vástago de Gilgamesh -cosa que Atrahasis desmintió públicamente. Su reinado hizo renacer ese aroma a victoria que parecía haber muerto con Sargón, aunque su empresa no fue expansionista ni buscó la conquista, en cambio, buscó la unidad de las ciudades.
Atrahasis reconoció con el tiempo que, si bien Urnamuu no era descendiente de Gilgamesh, tenía cierto espíritu que lo volvía casi discípulo suyo. Había arribado al trono de manera poco feliz, pero había hecho florecer a los sumerios, en todas las áreas posibles. Su mayor logro fue un código de leyes, de los primeros en existir, que garantizaba la paz y el mutuo bienestar, basado en la reparación de daños causados al prójimo. Además, mandó a construir canales de riego y abrió nuevas rutas comerciales.
Tras su muerte fue sucedido por Shulgi, que fue mucho más autoritario y se hizo llamar "rey de las cuatro puntas del mundo". Su hijo, Amar Sin, constituyó un reinado mucho más pacífico para bienestar de todos.