Antes del Destierro, hubo una serie de reinados protodinásticos ejercidos, en su mayoría, por Titanes. Sus reyes fueron Adapa y su sucesor Alalngar, ambos de Eridug hasta su caida, cuando el poder se trasladó a Bad-Tibira. Allí reinaron Emenluana, sucedido por Enmegalana, y luego Dumuzid, el pastor.
Larak fue la nueva ciudad real tras la caida de Bad-Tibira, gobernada por Ensipazianna. Pero no duró mucho y el poderío pasó a Zimbir con Enmedurana a la cabeza.
Shuruppak sucedió a Zimbir, bajo el reinado de Ubara Tuttu, padre de Atrahasis; aunque a él lo gobernaba Enki.
El poder se dividió en cinco ciudades, y en ellas reinaron ocho reyes, pero las más importantes quedaron bajo el consejo de Sukurlam y luego del propio Atrahasis.
El Diluvio arrasó la tierra, los Titanes fueron desterrados y nuevos reyes se alzaron sobre Shinar.
La realeza pasó a Kish y estos fueron sus reyes: Jushur; Kulassina Bel; Nangishlishma; Entarahana; Babum; Puannum.
Kalibum fue uno de los primeros en contraer la enfermedad del lobo, aunque todos le decían "el Perro". Su transformación sucedía en noches de luna llena y fue contenido por los magos para que no contagiara a tantos ciudadanos. A él lo siguió Kalumum.
Cuando el poder pasó a Zuqaqip, éste se reveló como hombre-escorpión, y los magos tuvieron que contener sus momentos de furia despiadada.
Lo sucedieron Atab, Mashda, Arwium y finalmente Etana de Kish, que merece un capitulo aparte.