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Foto del escritorAlvaro Panzitta

Atrahasis, el inmortal


Había nacido hacía mucho tiempo, en una tierra que ahora le era lejana. Había visto a los Titanes desde el principio y se había acostumbrado a su presencia, tanto como para entablar amistad con ellos. Era uno de los pocos Medianos que se atrevía a tales cosas, pero en el fondo se sentía seguro, porque él también tenía dones extraordinarios.

Había subido junto a su clan a las tierras de Shinar mucho antes que estallara la guerra y se había establecido en Lagash, aunque muchas veces se juntaba con las tribus de Ur. Cuando el mundo se volvió más civilizado -o al menos eso dirían las generaciones futuras-, él estuvo ahí para verlo surgir. Porque otra característica del mago, era su inmortalidad.

Atrahasis incluso había conocido a la tribu de Qáyin, una de las primeras en habitar la Mesopotamia. Estos eran parientes de los Hével, a quienes exterminaron antes de huir a la Tierra de Nod. Los sobrevivientes se habían reagrupado en Ur bajo el nombre de Set. Y de allí había surgido un mago semejante al propio Atrahasis, al que llamaron Noah. Y ambos se volvieron como hermanos.

Las primeras señales de exclavitud hacia los Medianos, alertaron a ambos amigos, y cada cual hizo lo que le pareció mejor para su pueblo.

Atrahasis exhortó a Enki a defender a los Medianos; mientras que Noah intentó llevarlos a un lugar seguro. Enki, que era rey de los suyos, desoyó apenado el pedido de su amigo, quien se retiró por un tiempo de su presencia.

Fue en ese tiempo que el corazón de Enlil se oscureció por completo y juntó a muchos como él para exigirle a Enki un golpe final, excusándose en que los Medianos super poblaban la tierra.

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