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Foto del escritorAlvaro Panzitta

Enki de los mares


Enki había nacido en el mar. Su madre Nammu era una titánide capaz de generar agua salada, envidiada por Tiamat, quien a penas si podía modelarla. Esta última también estaba emparentada con el joven, oriundo de Amshar, quien no sólo tenía dones marítimos, sino que era de los pocos magos que había hasta entonces.

La magia había despertado en Enki como un don que parecía competir contra todos los otros dones. No había nada que el muchacho no pudiera hacer, aunque no por esto perdía la humildad. Al menos hasta aquel día donde su corazón se oscureció, la tarde del retorno de Tiamat y su esposo Engur, exiliados de la Tierra por auto-proclamarse dioses.

El matrimonio de agua dulce y agua salada arremetió contra sus propios hijos, los Gigantes Lahmu y Lahamu, asesinándolos a sangre fría. Cuando Enki se enteró, se perdió en deseos de venganza, los cuales terminaron hundiendo a Engur en el océano, donde fue asesinado y convertido en una gran masa de agua. Desde entonces, el Titán con dotes de mago se quedó a vivir allí, llamando Apsu a su nuevo hogar, en medio de su propia oscuridad.

Tiamat quiso desquitarse y fue al encuentro de Enki, esta vez con un grupo de sirénidos liderados por Kingu. Pero el mago también había reunido un ejército, en el cual se destacaba Marduk, el arquero submarino, quien se arriesgó a ser tragado por la titánide, para hundir una flecha en lo profundo de su ser.

Así murieron Tiamat, Kingu y todos los enemigos de Enki, quien no por ello pudo reconciliarse con lo bueno que había en él. Al menos no todavía.

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